lunes, 22 de febrero de 2010

Enfrascada


Estuve todo el domingo ordenando los frascos de mi alacena. Me encanta cocinar y me fascinan las especias, los condimentos y las hierbas. Tengo de todo aunque me gustaría que hubiera mucho más. Lo que huele (rico), me puede. La cuestión es que vacié estantes y volví a limpiar y rellenar, obsesivamente, frascos y frasquitos, rotulando cada uno, como para no confundirme y como para hacerle la vida más fácil a los intrusos que a veces se cuelan en mi cocina. Es un mundo de maravillas el de las especias. Es un placer buscar, conocer, aprender, comprar y finalmente disfrutar de esos sabores que te acercan a otros lugares, te cambian por completo un plato y despiertan sensaciones a las que no nos acostumbraron desde chicos, al menos en esta parte del planeta. Hay vida más allá del orégano y del ají molido. Por eso, como para empezar, les dejo una listita de lo que guardé ayer, en mi humilde mueble para usar todos los días, sin tener que ir a un restaurant étnico del sudeste asiático para probarlas.
Entre los tés y hierbas encontré te rojo, negro y verde, melisa, malva, lavanda, manzanilla y jaramago. Las uso para hacer mezclas (ya les contaré). En el rubro semillas, granos y bayas había: anís estrellado, anís en semilla, mostaza en grano, coriandro, enebro, pimienta negra, blanca, de Jamaica, rosa, clavo de olor, comino, cardamomo, fenogreco, eneldo y canela en rama. Y entre las especias molidas enfrasqué: pimentón, pimentón ahumado, sal de hierbas, ají molido, tomillo, albahaca, jengibre, canela y comino (otra vez). Y no me acuerdo más, pero más o menos era eso.
Si las especias cotizaran como en la época de Colón, seríamos millonarios.
Va también la web de Kler, un negocio de condimentos, delikatessen y productos varios, que queda en Palermo y me da la más malsana envidia. No dejen de visitarlo virtual y personalmente, http://www.klerespecias.com.ar/

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